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Nutrición en la Diabetes Gestacional

Introducción

 

          Se denomina Diabetes Gestacional (DG) a la alteración de los hidratos de carbono, de severidad variable, que comienza o se reconoce por primera vez durante la gestación.

          El término se aplica independientemente de que se requiera insulina o no, o que la alteración persista después de la gestación.

 

Objetivos

 

          En general se acepta que la terapia de la dieta y el ejercicio físico moderado es la piedra angular del tratamiento de la DG. Por lo tanto, todas las mujeres con DG deben recibir el asesoramiento de la matrona. El objetivo es lograr la normoglucemia, a la vez que proporcionar los nutrientes necesarios para el crecimiento normal del feto y la salud materna. Un objetivo secundario es evitar un aumento excesivo de peso materno, sobre todo en las mujeres que tienen sobrepeso o que han tenido una ganancia ponderal excesiva durante la gestación.

          Todas las pacientes con diabetes gestacional deben ser tratadas con dieta, ya que la utilización de hipoglucemiantes orales está contraindicada en la gestación. Sólo si la dieta resulta insuficiente para conseguir y mantener el control glucémico se utilizará la insulinoterapia, instaurada y controlada en la unidad de diabetes y embarazo en donde la gestación se seguirá desde una doble vertiente: metabólica y obstétrica.

          Al igual que en el resto de las embarazadas, se recomienda una ganancia de peso al finalizar el embarazo entre 10 y 12 Kg; la ganancia ponderal en el primer trimestre deberá ser mínima (1-2 Kg), el resto deberá producirse a lo largo del segundo y tercer trimestres, a razón de 350- 400 g semanales.

          En general se requieren para la correcta nutrición materno-fetal, entre 30 y 40 Kcal por Kg. de peso y día. El aporte de hidratos de carbono corresponderá al 50 % del total de calorías (mínimo 200 g /día), las proteínas representarán alrededor del 20 % (1,5-2 g por Kg de peso) y a las grasas le corresponderán el 30 % de las calorías totales.

          La grasa total debe contener sobre un 8 % de grasa saturada, un 10 % de poliinsaturada (ácidos linoleico y linolénico) y el resto de monoinsaturada (á́cido oleico).

          Debe asegurarse el aporte de hierro (48-78 mg/día), calcio (1200 mg/día), ácido fólico (800 μg/día) y fibra (aproximadamente de 1g por cada 100 Kcal).

          Es aconsejable la restricción moderada de sodio (3-4 g de sal/día) por la tendencia a la hipertensión arterial en estas pacientes.

          Se hace hincapié en la difusión de la ingesta alimentaria de más de seis comidas al día, con tres comidas principales y tres refrigerios, a fin de evitar grandes cargas de hidratos de carbono en cualquier momento y, por otro lado, evitar períodos de ayuno prolongado. A excepción de la sacarina, la cual puede atravesar la placenta y por lo tanto no se recomienda, otros edulcorantes no calóricos se pueden utilizar con moderación.

 

               

 

 

 

Pacientes obesas

 

          En pacientes obesas, con un sobrepeso superior al 120 %, pueden aconsejarse dietas de 24 Kcal por Kg. de peso ideal y día, aunque durante la gestación no deben emplearse dietas muy restrictivas. La restricción de calorías ha sido una estrategia para controlar el aumento de peso, los niveles de glucosa y evitar la macrosomía en hijos de mujeres con DG. La restricción calórica severa, menos de 1500 calorías al día, aumenta la cetonuria y cetonemia. La restricción calórica moderada, 1600-1800 calorías al día, no da lugar a la cetosis, pero controla la ganancia de peso y los niveles de glucosa en las mujeres obesas.

 

 

                   Carmen Navarro Zaragoza . Matrona . H.G.U de Alicante